El Ciclo Histórico de la Democrácia y la Homosexualidad
Si analizamos la historia teniendo especial cuidado en reconstruir con los retazos de lo que de ella quedó o se salvó sobre la existencia de sociedades homosexuales, hayamos suficientes elementos en la historia de la antigua Grecia y de la antigua Roma que atestiguan la existencia de conducta homosexual generalizada en la mayoría de la población de esas sociedades. En consecuencia, podemos reconstruir la transición cíclica de sociedades heterosexuales a sociedades homosexuales. Más importante aún, podemos determinar las causas de esa transición de sociedades heterosexuales a sociedades homosexuales, así como las causas de su desaparición para retornar o volver a ser sociedades heterosexuales nuevamente.
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Podemos determinar que los ciclos históricos de conducta homosexual generalizada o mayoritaria, están asociados con los ciclos de aparición y desarrollo de las democracias. Las democracias tienen como característica el que fomentan la desinstalación paulatina de los valores sociales básicos. El nivel de productividad y eficiencia de las sociedades depende de dos factores: por un lado, la tenencia de los valores sociales básicos instalados en la psiquis de la población y, por el otro lado, la capacidad para fomentar el cambio tecnológico. La democracia tiene como virtud el que permite facilitar, fomentar los cambios en los sistemas de valores y de hacer las cosas, lo cual genera al comienzo un desarrollo económico acelerado. No obstante, en la medida en que fomente el cambio en los valores sociales básicos, fomenta también los nieles de anomia social que induce a la corrupción, y la degeneración del sistema de valores básicos.
La degeneración del sistema de valores conduce, entre otras cosas, a la transición de una sociedad heterosexual a una sociedad homosexual. Esta degeneración en el sistema de valores conduce o genera unos problemas que eventualmente llevan a la desaparición, tanto de la sociedad homosexual y su vuelta a la sociedad heterosexual, cómo la sociedad democrática y su vuelta a la sociedad autoritaria.
Uno de estos males es la disminución constante de la población, según aumenta la conducta homosexual generalizada. En sociedades guerreras donde el crecimiento de la población para remplazar a los que mueren en batalla es esencial, este problema conduce a la autodestrucción. En las sociedades modernas donde el crecimiento de la población está asociado al crecimiento de la demanda agregada y al nivel de producción y empleo, este problema conduce al subdesarrollo. En consecuencia, la evolución en el tiempo de estas dinámicas conduce a un retorno de las sociedades de homosexuales a heterosexuales.
Como es natural, los países latinoamericanos y europeos que copiaron de los Estados Unidos la democracia, copian también sus procesos de homosexualisación de la sociedad. Esta tendencia de los países democráticos a imitar lo que hace la potencia hegemónica de los Estados Unidos, conduce al adelanto y aceleración de la conducta homosexual en los demás países democráticos del mundo. En otra sección habremos de discutir con más detalle el surgimiento, auge y decadencia de las democracias y sus concomitantes sociedades homosexuales.
Después que el emperador romano Teodosio I en el año 390 después de Cristo prohibió la práctica homosexual y la persiguió, dándole muerte a quienes se rehusaron a acatar la prohibición, ocurrió que los que escribieron la historia posteriormente ocultaron y omitieron una inmensa parte de esa realidad de la vida cotidiana de los hombres y mujeres que constituyó el acontecer histórico de esa época. Por ejemplo, de los primeros 12 emperadores romanos, once practicaban la homosexualidad. Sin embargo, cuando leemos la historia o vemos un documental o película sobre esa época, ese aspecto no aparece. ¿Cuántos libros de historia o documentales o películas sobre la vida de Julio Cesar muestran su conducta homosexual? Por el contrario, sólo se enfatiza en su vida heterosexual con sus esposas romanas o con su esposa egipcia Cleopatra. De esta forma se procura presentar una imagen viril del gran general, emperador y hombre de estado, que es cónsona con los valores de la cultura heterosexual de los pueblos contemporáneos. Lo mismo se hace con todos los demás personajes de la historia de Roma. Sin embargo, esto es una tergiversación total de la verdadera historia en la cual la inmensa mayoría de los emperadores romanos y la población romana en general eran homosexuales porque pertenecían a una cultura que aceptaba la homosexualidad como una conducta normal.
Antes que los romanos, en el pueblo griego ocurrió lo mismo. Tanto Alejandro magno, como la mayoría del pueblo macedonio y griego practicaban de forma generalizada la conducta homosexual. Sin embargo, en la historia de Alejandro Magno que leemos en los libros o vemos en películas o documentales ese aspecto de su realidad cotidiana está ausente y solo se menciona esporádicamente como una nota al calce. En consecuencia, la historia que nos ha llegado de esos pueblos es una en la cual se oculta la naturaleza homosexual de esas sociedades.
No debemos extrañarnos de que está tergiversación de la historia ocurra, porque dado que la conducta sexual es culturalmente aprendida a través de las enseñanzas de los valores, los que la combaten estarán naturalmente inclinados a no mencionar este aspecto en la vida de los personajes que hacen la historia. En consecuencia, dado que la historia que ellos reescriben para nosotros, oculta, tergiversa u omite los procesos históricos que describen la evolución y aparición cíclica de las sociedades homosexuales, si queremos estudiar este aspecto, tenemos que reconstruir de los retazos o pedazos de historia que sobre ese tema nos dejan los historiadores, el surgimiento y desaparición de las sociedades homosexuales.