La Fundación de un Estado Democrático no Populista

El Partido Bolivariano de Puerto Rico simpatiza con la fundación de un estado democrático no populista.

 

La Democracia Populista

 

Definimos la democracia populista como todo sistema político que elige a sus gobernantes mediante la creación de maquinarias políticas llamadas partidos. Los candidatos a la presidencia y a los distintos cargos políticos no son seleccionados en base a criterios objetivos de inteligencia, capacidades administrativas y actitud de servicio, sino que son seleccionados por los partidos políticos en base a sus capacidades para captar el voto de las personas. Los ciudadanos votan por los candidatos a la presidencia y cargos públicos seleccionados previamente por los partidos políticos. Los partidos políticos operan como asociaciones de oportunistas para alcanzar el poder y repartirse el botín político.

 

Es decir, los presidentes, legisladores, gobernantes, alcaldes, etc. se eligen mediante el voto de las personas a los candidatos de los partidos políticos para esas posiciones. Esos candidatos por los que votan los electores son a su vez previamente seleccionados por los partidos políticos que, como hemos señalado, son asociaciones de oportunistas dedicados a beneficiarse de la repartición del botín político para los diferentes cargos. La democracia populista es la que existe hoy en día en los Estados Unidos y todo el resto de los países americanos, así como en muchos países del mundo.

 

El sistemas de partidos políticos está diseñado de tal forma que hace muy difícil que las personas honestas y con las mejores cualificaciones para servir a un pueblo pueden llegar al poder. Por el contrario, el sistema de partidos políticos y su maquinaria están diseñados para facilitar el que las personas deshonestas con el interés de alcanzar el poder para beneficio propio y sus correligionarios, puedan alcanzar el poder. Para llegar a ser el gobernante en la democracia populista se requiere ser un político con las mayores capacidades para engañar, mentir y manipular la opinión pública. Los políticos honestos que hablan con la verdad al pueblo se les hace muy difícil llegar al poder. Aparte de tener habilidad para la demagogia, el candidato deberá tener habilidad para conseguir fondos para realizar publicidad en los medios de comunicación masiva que tienen el control de la opinión pública a través de la prensa escrita, tv, radio, internet, etc.

 

El voto de las personas dependerá de la simpatía o popularidad que cada candidato a ser elegido logra establecer en cada votante. La simpatía y la popularidad que un candidato pueda tener dependen de la magnitud de la campaña de propaganda política que pueda sustentar. Mientras más dinero tenga para gastar en el diseño, asesoramiento, el despliegue de anuncios de prensa, televisión, radio e internet, etc., más simpatía logrará alcanzar de los votantes. Mientras más millones de dólares logre recoger para realizar su campaña política, más compromisos y prebendas tendrá con los intereses económicos que financian su campaña política y más corrupción y demagogia habrá en su gobierno.

 

Puesto que los grandes y medianos intereses económicos de los países son los que cuentan con el dinero para financiar las campañas políticas, ocurre que el político que aspira a un puesto tiene que comprometerse a ofrecer prebendas a los intereses económicos que financian su campaña política.

 

El otro factor que utilizan los políticos para llegar al poder está constituido por las promesas que ofrezca a los distintos grupos de votantes para obtener su voto. Una gran parte de estas promesas no se cumple pues se trata de simple demagogia para alcanzar el poder. La otra parte de las promesas de campañas que sí se cumplen se hace sobre la dilapidación de los recursos económicos y/o naturales del país para ser entregados a aquellos grupos o personas que apoyan y movilizan el voto a favor de su candidato. El político que aspira a un puesto no le importa regalar riquezas que si bien benefician a un grupo perjudican el bienestar de la sociedad como un todo. Es decir, el político no le preocupa regalar los recursos económicos del Estado porque no son de él.  

 

La anarquía que generan los políticos deshonestos que quieren el poder en las democracias populistas es responsable del aumento en el nivel de anomía social, corrupción y descenso del nivel de institucionalidad en el país. El nivel de institucionalidad de un país depende del nivel de civismo de las personas y el nivel de civismo de las personas depende de la proporción de la población que ha instalado en su psiquis los valores sociales básicos. Los valores sociales básicos son “mentir es malo”, “robar es malo”, “ser deshonesto es malo”, “ser injusto es malo”, “no ser igualitario es malo”, etc. Mientras mayor es la proporción de la población con los valores sociales básicos instalados en su psiquis, mayor es su nivel de civismo y por consiguiente, mayor es su nivel de institucionalidad y mayor su nivel de desarrollo económico.  En los países desarrollados la proporción de la población con valores sociales básicos instalados es mayor que en los países subdesarrollados. Es por eso que la democracia populista genera más anarquía, anomía social y corrupción en los países subdesarrollados que en los desarrollados. No obstante, la democracia populista genera corrupción en todos los países, aunque en menor grado en los desarrollados. (ver una discusión detallada de este tema en la sección de este portal titulada:

I. Análisis Sociológico del Subdesarrollo y su Relación con la Decadencia de la Excelencia en la Universidad haciendo clik aqui).

 

El grado de demagogia y corrupción que tendrán los políticos en una democracia populista dependerá del nivel de civismo que exista en la población. Como hemos señalado, el nivel de civismo en un pueblo depende de la proporción de personas en la población con valores sociales básicos instalados en su psiquis.

 

El nivel de Civismo en un Pueblo o Proporción de Personas con los Valores Sociales Básicos Instalados

 

El nivel de civismo en un pueblo o proporción de personas con los valores sociales básicos instalados en su psiquis es susceptible de variar a través del tiempo dependiendo de las influencias educativas que vaya recibiendo a lo largo del tiempo las figuras significativas (maestros, ministros religiosos, gobernantes, figuras públicas, etc,) de los medios de comunicación (prensa, literatura, teatro, etc.). Las influencias educativas pueden reforzar la instalación de los valores sociales básicos en la población o por el contrario pueden ir desinstalando dichos valores dependiendo de si esas influencias educativas promueven la defensa de esos valores o el cambio y la sustitución de esos valores por antivalores.

 

Las democracias se auto degeneran a lo largo del tiempo en la medida en que propician la desinstalación de los valores sociales básicos en la población. Es decir, mientras más grande sea la proporción de la población que no tiene los valores sociales básicos instalados en su psiquis, mayor será la proporción de políticos en los partidos políticos que no tienen dichos valores. En consecuencia, mayor será la corrupción en los partidos políticos y en los políticos y mayor el número de políticos demagogos y degenerados. Es como una bola de nieve que se echa a rodar cuesta abajo y que crece en tamaño a lo largo del tiempo. Al cabo de un periodo de tiempo que puede fluctuar entre los 100 años (democracia ateniense) a los 450 años (democracia romana) tienden a desaparecer y a ser sustituidas por gobiernos autoritarios.

 

Los Gobiernos Autoritarios

 

Los gobiernos autoritarios pueden ser más eficientes que los democráticos para promover el orden, la productividad y el progreso, dependiendo de si el gobernante en cuestión emplea su gestión administrativa para promover el bien común o por el contrario se dedica a buscar el bien propio y el de los suyos. El gobierno autoritario, a diferencia de gobierno democrático, no necesita que la población tenga una alta proporción de los valores sociales básicos instalados en su psiquis para generar eficiencia y progreso. Basta que el gobernante tenga los valores sociales básicos instalados en su psiquis y los imponga piramidalmente desde arriba al resto de la población. De esta manera el gobierno autoritario es capaz de generar progreso aunque la población tenga una baja proporción de los valores sociales básicos instalados en su psiquis. Ejemplo de poblaciones con una proporción baja de los valores sociales básicos instaladas en la psiquis y que sin embargo tienen altas tasas de desarrollo económico son el gobierno autoritario de Singapur y el gobierno autoritario de China. Ambos imponen piramidalmente el cumplimiento de los valores desde arriba. En ambos países se combate la corrupción y no se permite la impunidad ante la violación de los valores, como ocurre en las democracias con una proporción baja de los valores sociales básicos instalados en la psiquis.

 

Hipótesis sobre la Naturaleza Cíclica de los Gobiernos Democráticos y Autoritarios

 

Al parecer a lo largo de la historia de un pueblo, los gobiernos democráticos y autoritarios se alterna de forma cíclica.  Esta es una hipótesis que presentamos con la idea de que sea investigada por los historiadores. Del examen de la historia de Grecia y Roma nos parece que la democracia surge cuando un gobierno autoritario no se ejerce en función de la búsqueda del bien común y, en consecuencia, surge lo que Aristóteles llamaba tiranía.  La tiranía es, según Aristóteles, en lo que degenera un gobierno autoritario cuando no se ejerce en función del bien común sino en función del bien propio o el de sus allegados. Creemos que del surgimiento de las tiranías tienden a nacer los gobiernos republicanos que se instituyen como alternativa cuando los pueblos se rebelan ante las tiranías. Del examen de la historia de Grecia y Roma nos parece que el gobierno autoritario vuelve a surgir de la democracia cuando un gobierno republicano se degenera y no se ejerce en función de la búsqueda del bien común y, en consecuencia, surge lo que Aristóteles llamaba Democracia.  La Democracia es, según Aristóteles, en lo que degenera un gobierno republicano cuando no se ejerce en función del bien común sino en función del bien propio del gobernante o político de turno o el de sus allegados. Creemos que la degeneración de los gobiernos republicanos o democracias abona el terreno para que vuelvan a surgir los gobiernos autoritarios y lo proponemos como hipótesis para ser investigada.

 

La Democracia Moderna

 

En la historia moderna, la democracia populista es una forma de gobierno de creación relativamente reciente. Fue reinventada por los Estados Unidos y luego la copio Francia hace apenas 250 años (10 a 15 generaciones) y se ha difundido rápidamente a través de los países del mundo impulsada principalmente por el propio Estados Unidos.

 

Como ya hemos señalado, la democracia populista exhibe una tendencia a la anarquía y es acéfala. Tiene como ventaja el que acelera el desarrollo de la innovación y el cambio que produce a su vez progreso y desarrollo económico, pero tiene como desventaja la desinstalación de los valores sociales básicos y su consecuente descomposición social, lo cual trae atraso, subdesarrollo e improductividad. Esto es así pues se sustituyen los valores sociales básicos cuya eficiencia para producir o generar el bienestar de la colectividad han sido probados a lo largo del tiempo, por valores nuevos cuya eficiencia y beneficio no han sido probados a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el largo plazo, después de 4 a 5 generaciones tiende a desinstalar los valores sociales básicos que tienen que ver con la moral de los pueblos.  Entiéndase los valores sobre la honestidad, la mentira, el robo, la conducta sexual correcta, etc.  Esta tendencia a la desinstalación de los valores sociales básicos genera a su vez la descomposición social y la anarquía.

 

Causas de la Descomposición Social en la Democracia

 

Lo que provoca la tendencia a la descomposición social en la democracia es su carácter populista. La democracia populista es una forma de gobierno donde la autoridad a cargo de dirigir el país es nombrada y sancionada por las personas que esa autoridad va a dirigir y a liderar. El problema con esa forma de elegir el liderato es que, cuando el supervisor es nombrado y sancionado por los supervisados no hay una cadena de mando real y, por consiguiente, existe una tendencia a que el gobierno caiga en manos de los políticos deshonestos, oportunistas y demagogos que para obtener simpatías o votos manipulan la opinión pública con todo tipo de ofrecimientos lo cual genera anarquía. Por ejemplo, en el caso de la revolución francesa es bien conocida la crueldad con la cual los políticos deshonestos decapitaron, no sólo a la clase noble, si no a cualquiera que fuera acusado sin razón de traidor. La anarquía fue generalizada. En el caso de la democracia ateniense se condenaba al destierro u ostracismo por votación popular a personas injustamente acusadas de estar en contra del pueblo. La anarquía que generan los políticos deshonestos que alcanzan el poder es el resultado de la forma en que se eligen los líderes y su dependencia de la simpatía y aprobación populista para ejercer su función de líderes. 

 

A lo largo de la historia las democracias sólo han durado por breves períodos de tiempo porque tienen dentro de sí el germen de la contradicción que las autodestruye. La democracia de Atenas apenas duró 100 años. La democracia de Roma a partir del año 509 aC duró alrededor de 450 años. La democracia de Cartago duró más o menos lo mismo que la romana. Las democracias se van degenerando hasta que se autodestruyen.

 

La democracia ateniense, por ejemplo, se fue degenerando o corrompiendo producto de las libertades otorgadas a sus ciudadanos. Una de las leyes que se promulgó consistía en sentenciar al ostracismo (destierro) a todo ciudadano que el pueblo por votación popular no quisiera. La palabra ostracismo surge de que los ciudadanos atenienses grababan en una concha llamada ostra el nombre de la persona que no quisieran y la ponían en una urna.

 

La historia narra que Arístides el justo era un político honesto contrario a los deshonestos en la democracia ateniense. Los políticos deshonestos desarrollaron una campaña en su contra para lograr su destierro y fue desterrado como consecuencia de esa campaña de descrédito. Se cuenta que Arístides estando cerca de la urna donde se echaban los votos para su destierro se le acercó un campesino analfabeta influenciado por la propaganda en su contra y le pidió el favor de que le escribiera el nombre de Arístides en la concha ya que no sabía escribir. Era obvio que este ciudadano ni siquiera conocía a Aristide ya que no lo reconoció. Aristide le preguntó al campesino que porque deseaba enviar al destierro a esa persona y el ciudadano le contestó que no lo conocía pero estaba cansado de oír decir que era el justo. Aristide no cuestionó más al campesino, escribió su propio nombre en la concha y tal y como deseaba el ciudadano la hecho en la urna, contribuyendo así a su propio destierro. Años después, Atenas necesito de aquel político honesto para resolver un periodo de crisis. Debido a que Aristide tenía grandes talentos fue llamado de vuelta para servir a su patria, regresando así del destierro.

 

En la historia moderna la democracia volvió a resurgir en 1776 con la independencia de los Estados Unidos. Esta nación fue fundada por un grupo de personas que eran perseguidos por sus creencias religiosas puritanas. A pesar de que evolucionan y se constituyen en un gobierno democrático laico, su origen fue de una sociedad confesionista y su fuerte influencia religiosa está presente en la simbología de su moneda. El dólar dice, entre otras cosas, “In God we Trust”. No obstante, a pesar de que han pasado apenas 250 años del inicio de esa democracia populista ha ido degenerando sus valores religiosos en la cual se fundó para convertirse en el primer país que legaliza el matrimonio homosexual y lo promueve en los demás países a nivel mundial que por imitación lo copian de los Estados Unidos.

 

En poco más de 250 años, la nación, que hizo renacer la democracia populista y promoverla en el resto de los países del mundo, presenta claras señales de descomposición social y utiliza todo su poder e influencia como potencia hegemónica para promover la homosexualidad en el resto de los países del mundo, aunque no están consciente de ello, pues son víctimas de ideologías seudocientíficas erradas. Para una discusión detallada de lo que es la promoción de la homosexualidad ver el portal PaisesHomosexuales.com (advertimos que este portal utiliza leguaje científico objetivo e imágenes que pueden ser muy fuertes para las personas no acostumbradas al rigor del leguaje científico objetivo. Por consiguiente advertimos a las personas religiosas para que no acceda el portal si su sensibilidad no se lo permite). 

 

Crítica de la Democracia por los Filósofos Griegos

 

La percepción que hemos desarrollado a partir de nuestra experiencia y observación con respecto al aspecto autodestructivo de la democracia populista en el largo plazo, no es única. Tampoco es única nuestra percepción de que la democracia populista es acéfala y no tiene dirección ni orientación en el largo plazo. Cuando indagamos en la historia, encontramos que, para nuestra sorpresa, esta percepción y polémica ha estado presente desde los albores del nacimiento de la democracia en Atenas, siendo un tema de discusión tratado por Sócrates, Platón y Aristóteles.  

 

Tanto Sócrates, como Platón, como Aristóteles, criticaron la democracia por lo que ellos visualizaron como aspectos que generaban corrupción, demagogia y el gobierno de los menos aptos. Para ellos el gobierno de los menos aptos es la consecuencia evolutiva del gobierno republicano que degenera en democracia. Nosotros llamamos a esta evolución del gobierno republicano democracia populista.

 

Platón, al igual que Sócrates y Aristóteles cree que los gobernantes y jueces deberían ser seleccionados, no por su popularidad, sino por sus conocimientos, destrezas y sabiduría. En otras palabras, los gobernantes deben ser seleccionados entre los filósofos.

 

Aristóteles identificaba tres formas de gobierno: la Monarquía, la Aristocracia, y la República. Para Aristóteles cualquiera de las tres formas de gobierno produce buenos gobiernos o malos gobiernos dependiendo de si los gobernantes son personas rectas que ejercen el gobierno recto. Los gobiernos rectos son los que persiguen el interés general (bien común) y se alejan de perseguir el interés (bienestar) personal o particular. Según Aristóteles cualquiera de las tres formas de gobierno se degenera cuando el gobernante busca su propio bienestar y el de los suyos en vez del interés general. En tal caso, según Aristóteles, la Monarquía degenera en Tiranía, la Aristocracia degenera en Oligarquía, y la República degenera en Democracia.

 

Es decir, la democracia para Aristóteles es anárquica y se degenera como consecuencia de que los oportunistas empleando la demagogia se hacen con el poder para beneficio propio y de los suyos. Esta misma crítica de la democracia la vemos en Sócrates y Platón.

 

Lo que Aristóteles llamaba despectivamente democracia, como la forma de gobierno en la cual se degeneran las repúblicas o gobiernos republicanos, nosotros lo hemos llamado democracia populista o gobiernos populistas.

 

Es decir, en el presente nosotros percibimos una tendencia a la degeneración de los gobiernos democráticos y es lo que hemos llamado democracias populistas. Como se puede apreciar, los aspectos que generaban demagogia, corrupción, anarquía e injusticia en la antigua Grecia son los mismos del presente. Más aún, parecen ser los mismos a lo largo de la historia de todas las democracias. Si se examina la historia de Roma se podrá observar como la democracia o república romana pasó por las mismas etapas evolutivas de la democracia griega hasta degenerarse y desaparecer. La degeneración ocurre, no solo con respecto a la pérdida de los valores sociales básicos, que son los que generan eficiencia, productividad y el bienestar general de la sociedad, sino también con la pérdida de los valores sobre la conducta sexual correcta. El primer emperador Cesar Augusto, célebre por lograr que Roma alcanzara gran progreso que se llamo “La Paz Romana” empleó toda su vida tratando de lograr que el pueblo romano retornara a los valores que habían hecho grande al pueblo romano. Para combatir la depravación sexual llegó al extremo de desterrar a su propia hija y al poeta más célebre de su tiempo Ovidio, a pesar de que él mismo practicara la homosexualidad. Para él la apariencia como elemento de la educación y la enseñanza de los valores al pueblo era importante. De ahí que la hija y las figuras prominentes debían aparentar ser virtuosas, aunque no lo fueran.

 

Evidencia Histórica de la Degeneración de las Democracias

 

Si examinamos la historia en busca de observar la conducta sexual de los seres humanos y por consiguiente de los pueblos, encontramos que han existido sociedades en donde la conducta homosexual era generalizada, como es en el caso de las sociedades antiguas de Grecia y de Roma. Encontramos además evidencia de que la conducta sexual de los pueblos varía a lo largo del tiempo según cambian los valores de la cultura con respecto a la conducta sexual correcta o aceptable. Encontramos además evidencia de que la conducta sexual de los pueblos varía a lo largo del tiempo, no solamente de un pueblo a otro, sino dentro de un mismo pueblo. Es decir que encontramos evidencia en la historia de que la conducta sexual dentro de un mismo pueblo evoluciona, según cambian y evolucionan los valores de la cultura sobre la conducta sexual correcta o aceptable.

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Un joven romano siendo penetrado por un hombre

 

 

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Dos hombres y una mujer en un fresco de Pompeya

 

Por ejemplo, en el comienzo de la república o democracia romana (509 aC), la conducta homosexual entre los hombres libres estaba prohibida y se castiga al que la practicara, incluso con la muerte. La república romana dura del año 509 aC al año 27 dC.  A mediados de la república o democracia romana era permitida la conducta homosexual cuando el penetrado era un esclavo o una persona no romana y el que penetraba era un romano. La conducta homosexual entre los hombres libres se consideraba una degeneración de la conducta que provenía de los griegos a los que los romanos criticaban. Aparentemente el comienzo de la aceptación de la conducta homosexual se justificó por medio de presentarlo como una forma de expresión machista de poder, dominio o superioridad sobre los extranjeros y los esclavos sometidos. Con el paso del tiempo la conducta homosexual entre romanos libres fue generalizándose. Ya para finales de la república o democracia romana (27 dC) y el comienzo del imperio la conducta homosexual se había generalizado y el matrimonio homosexual se había establecido.

 

Para el comienzo del imperio romano en el siglo I dC, cuando la práctica de la conducta homosexual ya se había generalizado, el historiador inglés Edward Emily Gibbon (1737–1794), especializado en la historia de Roma, establece que de los primeros 12 emperadores que tuvo Roma, 11 fueron  homosexuales. Este emperador heterosexual de nombre Claudio fue criticado por no practicar la homosexualidad.

 

Poco antes de la llegada del cristianismo al poder con el emperador Constatino (274 dC) la conducta homosexual en Roma se fue perdiendo. Para el año 390 dC el emperador Teodosio I prohibió las relaciones homosexuales. Con el pasar del tiempo la conducta heterosexual pasa a ser nuevamente la norma culturalmente aceptada en la sociedad romana.

 

Los hechos históricos de Roma y Grecia antigua evidencia que la conducta homosexual generalizada en las sociedades es culturalmente aprendida.

 

Proyecciones de la Sociedad Estadounidense Basándonos en la Experiencia Histórica de la Sociedad Romana

 

Si fuéramos a realizar proyecciones de la sociedad estadounidense basándonos en la experiencia histórica de la sociedad romana, diríamos que, al igual que como ocurrió en Roma a principio de la república o democracia romana en el año 509 aC, en los Estados Unidos al principio de la república o democracia estadounidense en el año 1776 la práctica homosexual era prohibida y castigada.  Al igual que como ocurrió en Roma a mediados de la república o democracia romana, en los Estados Unidos a mediado de la república o democracia estadounidense, es decir 214 años después de la declaración de independencia, en el año 1990, la práctica homosexual comienza a ser aceptada y se persigue y castiga a las personas que manifiestan sus valores culturales en contra de la conducta homosexual.  Se les llama homofóbico en forma de crítica y burla y se les castiga despidiéndolos de sus trabajos cuando expresan sus valores en contra de la homosexualidad.  El 26 de junio de 2015, es decir 239 años después del establecimiento de la democracia en los Estados Unidos, la conducta homosexual fue aceptada y se legalizó el matrimonio homosexual en los Estados Unidos.  El ex Presidente Bill Clinton y el Presidente Barak Obama, ambos del partido demócrata, jugaron un papel prominente en la legalización del matrimonio homosexual en los Estados Unidos.

 

Basado en la experiencia romana podemos esperar que, al igual que como ocurrió en Roma a finales de la república o democracia romana que duró aproximadamente 500 años y comienzo del imperio, en los Estados Unidos dentro de 200 años, es decir para el año 2215, la práctica de la conducta homosexual sea generalizada y que de cada 12 presidentes electos por el pueblo, 11 sean homosexuales y uno sea heterosexual.  Podemos esperar también que ese presidente heterosexual, al igual que en el caso de Roma, sea criticado por no practicar la homosexualidad.  Es decir, podemos esperar que para el año 2215 en los Estados Unidos por cada 48 años de gobierno tengamos presidentes homosexuales por 44 años y sólo durante 4 años un presidente heterosexual.

 

Aparte de Roma y Grecia en la antigüedad existieron otros pueblos en donde la conducta homosexual era generalizada, como por ejemplo, Fenicia, Cartago, Sodoma y Gomorra, entre otros.

 

Por consiguiente, podemos concluir que la conducta sexual de los seres humanos y, en consecuencia de la sociedad, está determinada fundamentalmente por factores de la cultura, aparte de los factores biológicos.

                                                                                                                                                                      

Propuesta Para Eliminar los Partidos Políticos

 

Tanto Aristóteles, como Sócrates y Platón parecen proponer que cualquier forma de gobierno, incluyendo la democracia, debe seleccionar como gobernantes las personas con las mejores cualificaciones y méritos para ejercer el cargo y no las personas más populares o con más simpatías de la gente. Para Aristóteles la democracia para ser recta y convertirse en república, es decir, para perseguir el bien general, debe seleccionar gobernantes rectos, es decir los más aptos para ejercer los cargos en base a los méritos y no en base a su simpatía.

 

Tal y como hemos señalado, uno de los elementos más detrimentales de la democracia populista es la formación de los partidos políticos. Estas estructuras se convierten en asociaciones de personas que se organicen con un propósito y es obtener algún botín de beneficio al ganar las elecciones. La formación de partidos políticos en la democracia populista fomenta una casta de políticos demagogos corruptos que legislan para los intereses económicos que financian sus campañas y los sobornan. Su único interés es ejercer el cargo para ostentar el poder y beneficiarse y beneficiar a los que financian sus campañas políticas para llegar al poder.

 

Además la democracia populista crea unas estructuras de partidos que actúan como obstáculos para dificultar que ningún político honesto o que, aunque no lo sea, quiera administrar de forma correcta el gobierno, pueda hacerlo. La llamada maquinaria del partido se constituye en un obstáculo insalvable en contra de ese político y en favor de los intereses económicos que financian las campañas políticas.

 

La democracia populista así establecida está al servicio de los intereses económicos y no el servicio de la mayoría del pueblo. Para revertir este orden el Partido Bolivariano de Puerto Rico simpatiza con la idea de proponer al pueblo la construcción de una nueva fórmula de sistema político democrático que evite que suban al poder políticos demagogos y corruptos.

 

Para subsanar los problemas de la democracia populista proponemos la eliminación de los partidos políticos que sólo sirven para propiciar las asociaciones de personas corruptas para tomar el poder y beneficiarse. En su lugar, proponemos la selección de una terna de 10 a 15 candidatos para cada puesto o cargo electivo seleccionados sobre la base de criterios científicos. Los candidatos a un puesto tendrán una serie de debates en los medios de comunicación masiva. Cada candidato dispondrá del mismo tiempo para exponer sus ideas sobre los distintos problemas que aquejan al país o a su municipio o pueblo y que él tratara de abordar durante su incumbencia y un tiempo para contestar las ponencias de los demás candidatos. Además tendrá un tiempo para contestar las preguntas que los periodistas y el público le hagan. Luego de estas exposiciones el pueblo votará por los candidatos de su preferencia.

 

Para seleccionar los 10 o 15 mejores candidatos aspirantes a un puesto se le suministraran pruebas de inteligencia sobre razonamiento abstracto, social, matemático, emocional y conocimiento de historia, administración, etc. seleccionándose los 10 o 15 candidatos aspirantes a un cargo entre las personas con puntuaciones más altas en el conjunto de pruebas. Estos candidatos seleccionados de esta forma serán los que tendrán tiempo igual en los medios de comunicación masiva para exponer sus ideas y debatir sobre las ideas de los otros candidatos aspirantes al mismo puesto. El recogido de fondos para financiar campañas políticas estaría prohibido, de manera todos los candidatos compiten en igual situación.

 

Otra posibilidad es optar por el modelo parlamentario en lugar del modelo presidencial. De esa forma la democracia serían menos populista ya que el mandatario no sería seleccionado del voto directo y, por consiguiente, la simpatía popular, sino que sería seleccionado por las personas que los ciudadanos elijan como representantes parlamentarios del pueblo. El pueblo elegiría a sus representantes parlamentarios que se suponen sean las personas más inteligentes y preparadas del país. Como ya se mencionara, los representantes parlamentarios serían seleccionados por el pueblo entre los 10 a 15 candidatos con las puntuaciones y cualificaciones más altas en los exámenes para aspirar a cada cargo como representante del pueblo.

 

Para mantener la continuidad de los programas administrativos, los miembros del parlamento no se elegirían todos a la vez en cada cuatrienio, sino una tercera parte en cada cuatrienio de manera que el parlamento podría renovarse en la totalidad de sus miembros cada 12 años en lugar de cada 4 años. Por ejemplo, si el parlamento tienen 30 representantes del pueblo, cada cuatro años se elegirán 10 representantes. En cada elección los 10 miembros del parlamento que vayan a ser remplazados tendrían derecho a competir en sus propuestas con las propuestas de los nuevos candidatos a esos puestos de representantes y a ser reelegidos si el pueblo así lo decide mediante el voto.

 

De esta forma se evitaría que los políticos deshonestos y demagogos alcanzan el poder como ocurre en las democracias populistas.

 

Obsérvese que el grupo de representantes parlamentarios actuarían como un parlamento de sabios pues son elegidos entre las personas más inteligentes y preparadas del país y no entre los políticos más demagogos y corruptos del país.

      

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Created by Walter H. Bruckman on Jul 06, 2015
Last Modified by Walter H. Bruckman on Jul 06, 2015